27 ene 2011

La representación del movimiento ha sido una preocupación constante de los artistas en todas las épocas y en todas las culturas. Mi interés por la reproducción de fenómenos naturales, así como los rituales religiosos, me llevaron al estudio del movimiento y más específicamente al de la rotación (ilusión, óptica y percepción). La imitación real (mediante recursos performativos) de movimientos efectivos y la representación simulada de los mismos con imágenes estáticas (movimientos del ánimo = afecciones).
Leo Battista Alberti alrededor del siglo XV escribe un tratado en el cual habla sobre el movimiento: “Todo lo que cambia de posición tiene 7 direcciones para moverse, hacia arriba o hacia abajo, a la derecha o a la izquierda, o retrocediendo hacia lo lejos o acercándose hacia nosotros. El séptimo modo es moverse o girar en circulo” El movimiento ilusorio de lo representado puede tener un significado. Podría sin duda trazarse una iconología del movimiento en la época renacentista, al menos en algunos casos. Sin embargo considero más importante adelantarnos hasta el siglo XIX, donde la maquina, era ya el sustrato en el que se apoyaban los trabajos artísticos más interesantes relacionados con el movimiento.
Pierre-Jules-César Janssen en 1874 creó un revolver astronómico para registrar el paso de Venus por delante del Sol, anticipándose al fusil de Marey en 1882 inspirado en Janssen. En 1893 Muybridge crea el Zooproxiscopio, donde las distintas instantáneas eran recompuestas como un movimiento continuo gracias al fenómeno óptico de la persistencia retiniana. Era un artilugio óptico que consistía en una linterna de proyección con dos discos giratorios: en uno de ellos, de cristal, estaban pintadas secuencias fotográficas; el otro girando en sentido contrario, servía de obturador.
Sería interesante detenernos un poco en esta parte y hablar del fenómeno fisiológico de la persistencia retiniana y sus implicaciones en la ciencia y en el arte. La restitución para la mirada de la ilusión del movimiento continuo se base en dicho fenómeno, sobre él se cimentó el cine. Desde la perspectiva contemporánea en el campo de la neurofisiología de la percepción se afirma que la persistencia de la visión o retiniana o persistencia óptica es un mito. Quienes le asignan algún valor a la persistencia retiniana se basan en argumentos débiles como estos: "El ojo hace que cualquier imagen vista se grabe en la retina por un corto tiempo (durante aproximadamente 0,1 segundos). Por ejemplo, al colocar un objeto frente a la vista y retirarlo rápidamente, cualquier persona que estuviera mirándolo lo seguirá viendo, porque el cerebro retiene la impresión de la luz. Esta impresión es notoria al mirar por un momento una fuente de luz como el sol y luego apartar la vista." Una revisión de este argumento nos lleva a la conclusión de que si se superpusieran en la retina diversos estímulos visuales entonces el resultado no sería movimiento sino a lo sumo la mezcla o confusión de dichos estímulos dando lugar a imágenes borrosas, como la que se vería en la pintura de Marcel Duchamp, Desnudo descendiendo una escalera.
Marey quería más que obtener el movimiento obtener su representación grafica. Sus intereses eran: Matemáticos y diagramáticos. Hizo una bicicleta dinamométrica en 1894. El fenómeno físico como tal cedía el paso a su imagen abstracta. Todo lo que se mueve posee una estructura lógica y obedece a las leyes graficas subyacentes.
Algunos dispositivos basados en discos giratorios:
  • Fenakistiscopios
  • Proxiniscopio
  • Taquiscopios
  • Zooproxiscopio
La pasión por la máquina y la velocidad cimentó al futurismo italiano. Marcel Duchamp hizo del movimiento el tema principal de sus obras cubistas. Raymond Duchamp-Villon realiza Le cheval majeur (1914) escultura ilusionismo, pero una escultura tradicional a fin y al cabo. El gran salto hacia el movimiento real lo acaba de dar el hermano menor de Raymond, Marcel Duchamp con otro dispositivo circular, auténticamente giratorio “La rueda de bicicleta sobre un taburete” el primero de los reddy-mades 1913.
El movimiento real, con motores eléctricos, fue también la preocupación básica en otros trabajos, ejecutados desde principio de los años veintes hasta mediados de los años treinta:
  • Rotative plaque-verre (1920)
  • Rotative Démi-Sphére (1925)
  • Anémic Cinema (1925-1926) (con Man Ray)
  • Rotoreliefs (1935)

    Alfredo Martínez

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